Los maridos no son nunca amantes tan maravillosos como cuando están traicionando a su mujer.

Los maridos no son nunca amantes tan maravillosos como cuando están traicionando a su mujer.

lunes, 30 de julio de 2007




Siento tu piel bajo mis labiosY el roce de tu cuerpo queAcentúa más el laberinto en el queEstamos a punto de sumergirnos.Con esta noche a medio tiempo,Consientes que el final nos quiere verComenzar otra vez, nos sujetamosAl hilo de la vida, donde el aire queRodea nuestras figuras, es compartidoPor dos corazones a punto de estallar.El silencio, el tacto, las miradas cruzadas,Son sólo algunos de los elementos Que encierran la amalgama de pasiónDonde la satisfacción de querernos nosHace ver más allá de nuestra imaginación.Una imaginación que nos lleva a descubrirNuevos senderos por andar.No importan los murmullos de la nocheCuando los grillos son la orquesta queAnteceden nuestra entrega y el frío se alejaDe nuestra fricción temporal.No importa si mañana te vas, dejándome, Sin voltear hacia atrás. El presente es ahoraY el futuro… el futuro vendrá

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